Estamos en plena temporada de calabazas. Y yo ya he comprado unas cuantas para hacer platos ricos y sanos este otoño, como este pollo al horno con calabaza acompañado de quinoa.
Estas son las calabazas que compré hace un par de semanas en un mercado en Bottmingen.
De momento, estoy utilizando una de ellas, la de color verde. Con ella he hecho ya algún puré de calabaza y también la receta de hoy. ¡Y todavía me queda calabaza!
Las que son naranjas son de una variedad que no hay que pelar. Ya os hablé de ellas en la receta de la crema de calabaza con parmesano.
El plato de hoy es fácil, rápido, nutritivo y muy sano. Y puede comerse como plato principal, pues lleva carne, cereal y calabaza, que según todo lo que he leído sobre el tema es una fruta. En otro momento os hablaré de ello, pero os adelanto que el pepino, la sandía o el melón, por ejemplo, son de la misma familia que la calabaza.
Para este plato no hace falta pelarla, pues la piel saldrá sin problema cuando se haya cocinado.
En casa nos ha encantado el sabor de la miel en la calabaza, pero si no os gusta mucho el sabor a miel, os aconsejo que lo que sobre de la mezcla del cuenco lo esparzáis por la bandeja y añadáis más AOVE. De esta manera la calabaza no sabrá tanto a miel.
Para 3 raciones se necesita:
3 cuartos traseros de pollo, 1 ó 2 rodajas de calabaza por ración, 8 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (AOVE), 2 dientes de ajo, sal, pimienta negra recién molida, 2 cucharadas soperas de miel, 1 taza de las de té de quinoa, 2 tazas de las de té de agua.
Cómo prepararlo:
Cortar la calabaza en rebanadas de 3 ó 4 cm. de grosor.
Precalentar el horno a 200ºC con calor arriba y abajo.
En una bandeja de horno colocar el pollo y las rodajas de calabaza.
Poner la mitad del AOVE en un cuenco, y mezclarlo con los dientes de ajo bien picaditos. Espolvorear sal y pimienta al gusto. Con un pincel untar el pollo por todos los lados con la mezcla.
Añadir a la mezcla sobrante del cuenco el resto del AOVE y la miel y mezclar bien. Embadurnar con esta mezcla las rodajas de calabaza por los dos lados, sin que les caiga ajo.
Espolvorear sal y pimienta al gusto por todo el conjunto.
Meter en el horno a media altura durante 45 minutos. Cuando haya pasado la mitad del tiempo dar la vuelta al pollo y a las rodajas con cuidado de que éstas no se rompan.
Mientras tanto, poner en un cazo una parte de quinoa y dos de agua. Cocer según lo que indique en el paquete. En mi caso, 10 minutos desde que empieza a hervir.
Ya sólo queda emplatar y servir, y disfrutar de la mezcla de sabores.
¡Qué aproveche! O como dicen en Suiza: En guete!
No hay comentarios:
Publicar un comentario