Ayer, al leer la versión suiza del periódico “20 minutos”,
llamó mi atención la foto de la portada. En ella se hacía referencia a una
nueva planta, el “TomTato”, que la
empresa de jardinería inglesa Thomson & Morgan comercializa a través de su web. Obviamente, se trata de un juego
de palabras que han hecho uniendo “Tomato”
y “Potato”, tomate y patata en inglés.
Aquí tenéis un vídeo de youtube en el que presentan la planta:
¿Y a quién se le ocurrió la idea? Pues según un artículo publicado
en “The Telegraph”, a Paul Hansford, el Director del
Departamento de Horticultura de la compañía. Cuenta Hansford que hace 15 años
visitaba un jardín en Estados Unidos, cuando vio que alguien había plantado, en
broma, una patatera debajo de una tomatera. Y se le encendió la bombilla: tanto
el tomate como la patata pertenecen a la familia de las Solanáceas, por lo que son compatibles a la hora de injertarlas. Tras
varios años dándole vueltas al asunto, hace sólo 3 empezaron las pruebas con
una empresa holandesa que estuvo dispuesta a aceptar el reto, y ahora son
capaces de producir hasta 34.000 plantas de TomTato
al año.
Según cuenta el directivo en el artículo, el proceso para obtener una de estas
plantas es muy laborioso: es
primordial que ambos vástagos tengan el mismo grosor al hacer el injerto, el cual se unirá con una pinza
de plástico que saltará cuando el injerto haya crecido. En ese momento, se
trasplantará a una maceta de 9 cm. de ancho, y seguirá un proceso de
crecimiento normal.
Cada planta se comercializa en la web de la compañía a un precio de £14,99 (17,83 €), y puede plantarse tanto en maceta como en terreno. Por ahora, sólo se comercializa en Gran Bretaña.
Según cuentan, la planta da más de 500 tomates cherry con un
sabor más dulce que el de los tomates de supermercado, y con el punto justo de acidez.
La cosecha de patatas también es generosa, y son muy versátiles,
pues se pueden utilizar tanto para hacer puré, como para freírlas, asarlas, o
comerlas hervidas.
La empresa no ha querido desvelar qué variedad de tomate y patata ha utilizado,
pues teme ser copiada. No obstante, en algunos sitios del planeta este injerto
ya se realiza con éxito desde hace unos años. Como bien dice la autora al final
del artículo, en una cárcel keniata hace
unos años ya lo lograron, y de ello se están
beneficiando muchos agricultores de la zona, que han visto aumentada la
productividad de su pequeña parcela de tierra.
Ojalá ideas como esta no sirvan sólo para tener el jardín
más bonito que el del vecino, sino para mejorar la vida de muchos habitantes
del planeta.
Y a vosotros, ¿qué os parece la idea de tener en una sola
planta tomates y patatas?
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