KarottenKuchen mit Mandeln
¡Hoy es el primer cumpleaños del blog!
Hace justo un año que decidí compartir con vosotr@s los platos que cocino. ¡Y siento deciros que no voy a dejar de hacerlo!
Buscaba alguna receta especial que ofreceros para el acontecimiento, y aquí la tengo: un
pastel de zanahoria muy
sencillo, sin glaseado ni nada que complique su elaboración.
A la peque los pasteles de zanahoria que hemos probado en cafés y restaurantes no le han gustado nunca, pero este le ha encantado. Me ha dicho: "¡Esto es una
de tus
Pilar Spezilitäten!" Y claro, me he puesto más contenta que unas castañuelas. Siempre que hago un plato de esos que le gustan y que no suelo hacer habitualmente dice que es una "Pilar Spezialitäten" (una de las especialidades de Pilar, traducido al español)
Aunque el pastel de zanahoria no es un postre exclusivamente suizo, sino que se come en todo el mundo, lo he elegido como la
receta suiza del mes de septiembre porque lo tienen en prácticamente todas las cafeterías, pastelerías y restaurantes suizos a los que he ido. En España está muy de moda también desde hace unos años.
Pero, ¿os habéis preguntado alguna vez de dónde viene el pastel de zanahoria?
Pues según mis investigaciones, la zanahoria contiene más cantidad de azúcar que cualquier otra verdura y hortaliza, exceptuando la remolacha. Es por ello que en la
Edad Media empezaron a utilizar la
zanahoria para hacer
platos dulces, pues cualquier otro endulzante de los que había en aquella época tenía un precio mucho más elevado que las zanahorias. Cuando el precio del azúcar empezó a bajar gracias al descubrimiento de América (los españoles lo llevaron hasta allí, ampliando enormemente la zona de cultivo y, por tanto, la cantidad producida), la zanahoria perdió paulatinamente su uso como endulzante hasta la Segunda Guerra Mundial. Parece ser que en la época de racionamiento la zanahoria recuperó su papel endulzante en Reino Unido, y desde entonces el pastel de zanahoria pasó a ser consumido también en muchos otros países.
En los supermercados suizos hay muchos más tipos de harina que en los supermercados españoles (o eso al menos me parece a mí). He utilizado una harina de trigo del tipo "Ruch" para los países de habla alemana (Weizenruchmehl), y del tipo T-80 para los de habla francesa (farine bise de froment).
La
harina tipo Ruch contiene parte de la cáscara del grano de trigo, pero no todo, por eso es más clara que la harina integral. Equivale a una harina semi integral. Os dejo una foto con harina semi integral y harina blanca normal. Si os fijáis, es un poquito más oscura.
Al lado del peso o la capacidad, os pongo la equivalencia en medidas que todos tengamos en casa, por si no tenéis peso ni vaso medidor. En el caso de la mantequilla es un poco complicado, pero hay algunos paquetes que tienen en el envoltorio una separación indicando el peso de cada una de las separaciones. Es útil cuando no se tiene peso. También lo he visto en algunas tabletas de chocolate para fundir.
En el caso de la almendra, yo he puesto 50 g. porque no me gusta demasiado su sabor en los postres, pero podéis echar un poco más si sois de los que os gusta el mazapán. Yo no tenía almendra molida, sólo laminada, así que la puse en un mortero y la machaqué hasta que quedó bastante deshecha.
He utilizado un molde rectangular de 22x8 de silicona. Si utilizáis uno de cerámica, recordad que hay que untarlo con mantequilla y espolvorearlo con harina antes de echar la masa para que luego se pueda desmoldar el pastel fácilmente.
Para hacerlo se necesita:
150 g. de zanahoria (1 vaso de los de agua lleno 3/4 partes), 4 huevos, 200 g. de azúcar moreno (1 taza de las de té), 125 ml. de leche (1 vaso de los de vino), 80 g. de mantequilla, 50 g. de almendra rallada, 1 cucharadita de las de té de canela molida, 1 cucharadita de las de té de jengibre en polvo, 1 pellizco de sal, 300 g. de harina Ruch (semi integral) (3 y 1/2 tazas de las de té), 8 g. de levadura química (la mitad de un sobre), 1 cucharadita de las de té de cacao.
Cómo prepararlo:
Rallar la
zanahoria bien fina.
En un bol grande, batir los
huevos y mezclarlos con el
azúcar.
Calentar la
leche en un cazo y deshacer en ella la
mantequilla. Una vez deshecha, verter el líquido del cazo en la mezcla de huevos y azúcar, y mezclar bien.
Precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Echar al bol la zanahoria y la
almendra ralladas, la
canela y el
jengibre molidos,
sal, la
harina, la
levadura y el
cacao.
Mezclar bien hasta formar una masa. Verterla en el molde, meterlo en el horno y dejar unos 35-40 minutos. Como siempre os digo, vigilad que no se queme, e ir pinchando de vez en cuando con un pincho de brocheta para ver si está hecho. Si sale limpio, es que está listo.
Sacar del horno, dejar enfriar, desmoldar y servir.
¡Qué aproveche!