Lo que más me gusta de la
pasta es que se puede preparar de mil maneras diferentes, y siempre está rica.
Además, suele ser un plato muy socorrido cuando hay niños en casa, o cuando
vamos con ellos de viaje, pues salvo raras excepciones, ningún peque le pone
caras a un plato de pasta a la bolognesa, por ejemplo. Y puede ser una buena
manera de introducirlos en el mundo de los sabores.
Y si algún ingrediente no les gusta, como le pasa a mi hija con
esta receta, siempre hay una manera de buscar algo que les agrade y sea
nutritivo. A la peque no le gusta el salmón fresco, y tampoco la salsa de
eneldo. Pero sí le gusta el salmón ahumado y el aceite de oliva, así que cambié
unos ingredientes por otros y ya tenía el plato para ella. Cuando fui a hacerle
una foto, esto es lo que pude fotografiar.
Para 2 raciones se
necesita:
150 g. de lomos de salmón sin piel, 1’5 vasos de los de agua
llenos de espirales, 1’5 l. de agua, aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal,
1 hoja de laurel, 1 limón, mayonesa, 1 yogur natural, eneldo y pimienta negra
molida.
Cómo prepararlo:
Poner el agua con un pellizco de sal, un chorrito de AOVE y
una hoja de laurel en una olla y calentar hasta que hierva. Echar las espirales,
remover con una cuchara de madera hasta que vuelva a hervir, y dejar cocer lo
que indique el paquete.
Mientras tanto, cortar el salmón en dados, poner unas gotas
de aceite en una sartén, y hacer el pescado a la plancha.
Para hacer la salsa, poner el zumo de medio limón en un
tazón, junto con dos cucharadas soperas de mayonesa, una de yogurt natural,
media cucharadita de postre de eneldo seco, y una pizca de pimienta negra
recién molida. Batir todo hasta que esté bien mezclado.
Escurrir la pasta, ponerla en los platos, echarle por encima
el salmón, y servir con la salsa aparte para que cada uno se eche lo que guste.
En guete!
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