En casa nos gusta cenar San
Jacobos caseros, pero en Basel es un poco difícil encontrar unas lonchas de
Jamón de York (o jamón dulce como lo llaman en Cataluña) del grosor adecuado
para hacerlos.
Y se me ocurrió utilizar los mismos ingredientes, pero de
manera algo diferente. Utilicé lonchas
de jamón de York de un grosor normal, y bastoncillos de queso en vez de lonchas.
El jamón de York estaba cortado en lonchas rectangulares
grandecitas. El queso que he utilizado es uno muy cremoso que en Suiza llaman Rahmkässe.
En cuanto a textura es muy similar al queso brie. Pero cualquier queso para
fundir vale. Y decidí enrollarlos.
Y el resultado fueron estos rollitos.
Para hacerlos se
necesita:
2 lonchas de jamón de York rectangulares grandes por persona, queso para derretir en un trozo, 1 huevo, aceite de oliva virgen extra
(AOVE), y pan rallado y harina para rebozar.
Cómo prepararlo:
Partir las lonchas de
jamón de York por la mitad, de manera que queden otros dos rectángulos.
Cortar para cada una de ellas dos bastoncillos finos de queso.
Poner uno de los bastoncillos encima del lado corto de la
loncha, y enrollar dando una vuelta. Colocar el otro bastoncillo y seguir
enrollando.
Pasar los rollitos primero por harina, luego por huevo
batido, y finalmente, por pan rallado.
Freírlos en abundante AOVE muy caliente. Servir en seguida.
Quedan más bonitos si el queso no se sale por los bordes, pero
a nosotros nos encanta que se salga.
A la peque le gustaron muchísimo, pues no deja de ser un San
Jacobo con otra forma.
Y no se tarda nada en hacerlos. Se pueden preparar como
aperitivo en una cena informal o un pica-pica; y también como plato principal
de una cena acompañándolo de una ensalada, como hicimos nosotros.
¿Os animáis a prepararlos?
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