Me temo que el caqui es un gran desconocido en muchos
hogares.
La primera vez que probé un caqui no me gustó nada su sabor,
me pareció amargo y áspero. Pero no
paraba de escuchar lo dulces que sabían y lo buenos que estaban. Y como soy muy
cabezota, seguí investigando y pronto descubrí el error que había cometido: me
había comido uno que no estaba maduro. Así que aprendí a escogerlos para poder disfrutarlos.
Y he de decir que el sabor cambió completamente.
El árbol del caqui es del género Diospyros ̶ que
en griego significa “fruto de Zeus”
̶ y pertenece a la familia del ébano. Aunque se
conoce en China desde hace 2000 años, hace sólo tres siglos que el caqui llegó
a Europa.
Pero está claro que se hizo un gran hueco en este continente.
De hecho, España e Italia son los principales productores europeos de caquis,
existiendo incluso la denominación de origen Ribera del Xúquer para el
kaki persimon.
Como ya os comenté en un post anterior, la iniciativa
que están llevando a cabo Sunny Senabre, del blog Olivas en la cocina, y
Mª Dolores Mañez del blog Cuinant, me parece estupenda.
El concurso se cierra el día 31 de octubre, así que quien
quiera enviar recetas tiene que darse mucha prisa.
Con esta receta
participo en el Concurso “Recetas sanas, ligeras y equilibradas” para celebrar
el 30 Aniversario del Hospital General Universitario de Elda.
Para esta receta los mejores caquis son los que están muy
blandos y muy maduros.
La nata la podéis comprar ya batida, o batirla vosotros. Yo
suelo batirla porque las que venden ya montadas me resultan demasiado dulces. Si
la montáis a mano, tened en cuenta que tanto el recipiente para batir como la
nata tienen que estar fríos, y que ha de tener un mínimo de 30% de materia
grasa para que aumente de volumen y se solidifique. Y también tened en cuenta
que el azúcar hay que echarlo a la mitad más o menos del proceso de batido.
Para 4 raciones se
necesita:
4 caquis muy maduros y blandos (800 g. aprox.), 1 sobre (8 g.) de azúcar avainillada, 200 ml. de nata montada.
Cómo prepararlo:
4 caquis muy maduros y blandos (800 g. aprox.), 1 sobre (8 g.) de azúcar avainillada, 200 ml. de nata montada.
Cómo prepararlo:
Pelar los caquis y quitarles el rabito. Partirlos por la
mitad, ponerlos en el vaso de la batidora y batir hasta obtener un puré
consistente.
Si la nata no está montada, montarla con las varillas
eléctricas o a mano, incorporando en el proceso el azúcar a la nata. La
consistencia que debe tener es la que veis en la foto.
Si utilizáis nata ya montada, incorporadle el azúcar y remover.
Mezclar bien la nata con el puré de caquis, dando vueltas
con una cuchara. Tiene que quedar de color anaranjado, y mezclarse bien.
Repartir la crema en cuatro cuencos y guardar en la nevera
un par de horas.
La textura de la crema es como la de un helado cuando está a
punto de derretirse. De hecho, “lo que le falta a este postre es el verano”, como
me han dicho alguna vez.
Y dependiendo de lo “dulceros” que seáis tendréis que añadir
un poquito más de azúcar o no.
Nosotros en casa con un sobre tenemos
suficiente.
¡Qué lo disfrutéis!